Te amo porque en tu mirada habita el deseo, ese deseo
secreto que en tu boca se hace miel y se confunde en amor, anhelo a diario la traducción
exacta de tu mirada, porque tu mirada no parece decir que quiere llevarme a los
altares del olvido.
Tu mirada cuenta que me ha soñado en el nocturno silencio
de tu mano y el miembro, que recorre los pliegues de mi ropa con la esperanza
de llegar más allá; solo que tu boca lo calla, tu boca sublimándolo todo, me
cuenta historias de amor que tu crees necesarias.
Necesarias, si; para el
perpetuo perdón de los dioses por no sentir más que deseo, pero no para mi, yo
anhelo tu deseo transformado en acción, y lo espero paciente con los oídos
cerrados, con los ojos abiertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario