2012/07/28

Adivinanzas


Tu no pudiste adivinarme y yo si, adiviné tus carencias y huí.

Entonces fui tan amenazadora que no me perseguiste, me tuviste terror y rencor, esa mezcla mortal de sentimientos devastadores que te alejaron de mi llevándote a una imagen de odio que al final era ensueño.

Me volví así tu sueño, tu perfecta narración del mal, tu esquema preciso de la mujer que no querías, y ¡cuánto me querías!, ¡cuánto me deseabas!, ¡cuánto me anhelabas y me perseguías en tu mente!, y yo que te esperaba, yo que te quería, y tu que te callabas.

Yo para ti, al final, fui un profundo silencio 

Si tuviéramos esto que ya tenemos...


Yo me meto en tu mente, tu entras en mi cuerpo, y creo que si me esfuerzo más, si sedo un poco más, que si permito más, tu me descubrirás.

Lo que yo no descubro es que te tengo en mi, pues no he parado de esforzarme,  no he parado de pensar en mi, no puedo ver que ya te tengo, te tengo dentro, me perteneces, por ahora eres de mi, solo que yo he estado perdida, buscándote y buscando a todos tratando que se hagan míos, que me pertenezcan, que sean ese uno, que una vez no entró en mi, y no hubo tiempo que se quedara.

Si yo pudiera verte, cuando te tengo, si pudiera salirme del ensueño de tenerte, te tendría, te sentiría en mi, te haría de mi y viviría en nuestros minutos la eternidad de tenerte, de dejar de buscarte, de dejar de seguirte, de dejar de anhelarte, pero tristemente, no puedo detenerme un momento, dejar de pensar en ti, y descubrirte en mi.