2017/09/04

No de ti


No me quejo de ti porque cuando querer fue decantarme, abusé del gozo de darme a tu cuerpo. 
No me quejo, porque fue único el descubrimiento del deseo y tu vuelta lo hizo real una y otra vez. 
No me quejo porque siempre quise que te quedaras y me alimenté de esperar.

Esperé tu mirada, el sonido de ti que comprende y vuelve, la compasión con la que me sanaría el cuerpo, la transfiguración de tu rechazo en pura pasión plena. 
Esperaba tu amor y cuando no dormía, cuando te marchabas, construía la historia de la vida sin ti.
Nos escribía sucesos alucinantes, nos llevaba al éxtasis en cualquier lugar. Nos hacía un amor nuevo, uno que tiene vida cotidiana, que conversa, que tiene tiempo de mirar, escuchar, conocer. Un amor sin tempestad al que le alcanzan los días para quedarse.

En realidad no me quejo de las despedidas porque hubo regreso. Solo que si, reclamo la resistencia, me quejo de no tener fuerza en el corazón para resistir otro despojo, me quejo de no encontrar modo de albergar una esperanza más en el músculo partido y acribillado que late en mi cuerpo.

Me quejo de la resistencia, porque de seguir completa, de haber sabido como preservar la misma vida, la misma furia, la alegría esa que yo pensaba intrínseca, de haber sido asi, me seguiría quedando el consuelo de volver a verte, alguna vez en algún regreso. 

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