2010/05/09

NO SUEÑO CON SERPIENTES.

Hice de ti un acompañante siniestro para mis propios desafíos, capturé la imagen de aquella vista preciosa que no sería sin ti, te tomé de la mano y me deslicé entre tu cuerpo cual víbora en cambio de piel. Tu me recibías, me recibías siempre, y yo pensaba que no lo notabas, que no te imaginabas de la cadencia suicida que adormecía tu cuerpo, que no sospechabas de toda mi contención, para no tragarme tu espíritu como me trague las entrañas espirituales de todos aquellos seres que yacen sin nombre, ya sin piel, ya sin voluntad, ya sin pasado.

Pensaba que no lo notabas, que tomabas mi mano frágil y te envolvía mi mirada inocente, mi eternamente “si como como tu quieras”, no pensé que posiblemente te quedabas más bien porque reiterabas a cada instante que yo era como tu, que te enredabas en mi cuello mortalmente al compas de mis latidos vivaces, que te excitaba porque no me decías la verdad, y te estremecías en el placer delicado de mi propia mentira, amantes de la mentira, ambos,nos desplazamos uno en el cuerpo del otro y jamás lo dijimos, fuimos como serpientes en un acuerdo mortal.

Tomé la foto contigo y la conservo a mi lado como secreto trofeo de otra de mis batallas, y tu tal vez aún guardas algo de mi, no parecía ser tarde para mentirnos al punto del éxtasis, para sucumbir a los placeres deformados encontrando por fin rivales de altura, era todo preciso, todo perfecto, y así me enamoré.

Ya no pude tragarme tus entrañas en resuelta avaricia de que me pertenecieras, ya no pude descarnarte más y tu, tu menos, íbamos muy lento, muy pausado el uno para el otro, encuentro de colmillos brillantes y asfixias letales, mares de secretos sin decir y caudales de mentiras enmarañadas, éramos ya nuestros, y ya era tarde, ya no podía seguir.

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