Tercera Guerra

Esta de mas decir que "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos" es una de mis películas favoritas, sin embargo, elegí dicho nombre para mi blog por algo mas que eso, fue como dije antes por una terrible violación a mi libertad de expresión por lo que comencé a publicar expresiones anónimas de mi, como en los tiempos de las revoluciones. Hoy hacia recuento de todos mis derechos, apartados antes escribía acerca de Paris Hilton y el derecho a la privacidad, comencé este blog por el derecho a la libertad de expresión, y hoy creo que tengo derechos inalienables que nadie puede truncar y ando por el mundo como sin nada, con la seguridad de que jamás serán quebrantados. Sin embargo derechos de diversos habitantes del mundo seguramente son violados en este momento y lo mas difícil creo, es saberme como aquel habitante que esta ahí cual si no pasara nada, mientras que pasa sin que lo sepa y sin que lo conozca. En mi mundo ideal, todos los habitantes del mundo tendrían una carta de derechos, cada animal que hoy es asesinado a sangre fría tendría una voz que clamara por él y seria valorado igual que hoy cualquier ser humano, en mi mundo ideal el dolor de saber que mueren y se extinguen presa de la mente cerrada de occidente, que nos metió en la cabeza la obsesión por el dominio de la naturaleza, no existiría. Desde la aparición de las religiones que consideraban fútil adorar a fuerzas de la naturaleza y comenzaron a propagar la idea de que existiría solo un Dios y que éste, solo podría tener características y razonamientos humanos, se expresaba una humanidad lista para comenzar la batalla mas grande, larga y cruenta que existiría, tan larga que el tiempo sigue corriendo y parece ser que no se detiene, desde el día que el hombre decidió que la naturaleza era inferior y dominable, que dejó de temer al trueno, adorar al sol o invocar a la lluvia, todos los seres vivos perdieron sus derechos, el depredador mas grande del mundo había despertado y no pensaba volver a dormir, el pensamiento científico nos llenó la cabeza de armas nucleares, y nos convertimos en opresores de la libertad de cualquier ser vivo, incluso de nosotros mismos. En mi opinión, solo hay una esperanza para todos los habitantes de la tierra que han enfrentado por generaciones esta batalla desigual contra los seres humanos, que llegue el glorioso momento en que tengamos nuestras propias batallas, que nos destrocemos en asuntos internos y nos acribillemos los unos a los otros, que el depredador se extinga por si mismo, y los animales del mundo vivan en libertad, lejos de los asesinos que una vez y hasta hora han quebrantado sus derechos.