2011/05/29

Ella sería

Ella sería finalmente todas las mujeres, aquellas a quienes les he comprado flores, a las que les he guardado los besos, los versos, las palabras, y no, no esas bellas palabras sino las obscenas, las que solo se dicen en secreto para encender la confianza. Esas que finalmente solo te he dicho a ti.

En las madrugadas temidas ella sería la madre y la hija, la musa y la medusa que convirtiese mis anhelos en piedra y en cenizas, que me dijera que no y si alternativamente, que me llevara con ella y me abandonara a mi suerte en el abismo único de su propio placer

Ella sería así todos mis secretos ambiguos, una cajita de pandora perfecta moldeada por los espíritus demoniacos para mi propia destrucción, hecha a manera de substancia adictiva, con piel psicotrópica y mirada celeste.

Sería mi perdición y mi encuentro, no sería mía sino totalmente suya, jamás estaría para mi, pero estaría en mi.

Y así sería total, casi perfecta, casi como tu, casi como que volvieras, casi como que tal vez por una vez pueda dormir sin pensar ya más en ti, para dormir con ella.

Un poco más groseros

Quizá alguna vez guardé todo el deseo solo para ti, y si, quizá alguna vez fuiste mi chico y mi chica, mi pesadilla y mi ensueño rosa, el universo entero solo para mi, quizá esa noche fuimos un “seremos”.

Y posiblemente, las cristalizadas partículas de cielo que conformaron ese seremos mentiroso, tenían que ser alucinaciones mágicas llenas más de búsqueda inminente que de realidades, para poder hacer de ese entre tu y yo, un escabroso y a la vez delicioso encuentro.

¿Qué hubiera pasado de haber sumado superficialidades?, ¿de haber compartido sueños?, ¿de haber sido temerariamente un poco más transparentes, un poco más humanos, un poco mas groseros?