2009/01/03

No hay mas vacío

Muchas veces quise empezar un post con esta afirmación, no como título, como vivencia, muchas veces he querido decir, -y después de esta receta que entró en mi humedad asi... larga, carnosa y gruesa, finalmente y sin reservas se ha acabado el vacío, me he encontrado, me he recuperado, me tengo y puedo darme sin reservas- pero hasta hoy no ha pasado, hasta hoy los periodos de vacío han sido aleatorios, a veces encuentro, luego vuelvo a buscar y en las puras palabras siempre parece más emocionante, más sencillo y más apasionado que en la verdadera acción.

Hoy fue una tarde de reencuentros, y de lazos que no se rompen aunque yo creo o quiero creer que se rompen y no existen, y de verte y descubrir que si puedo enamorarme, pero que no valía la pena ya decirte de que modo y de que forma, en verdad te conozco pero no te conozco y esa parte que no conozco y que en el contexto adecuado me sorprende es esa parte nodal que buscábamos, en la que me enamoraría de ti.

Hoy fue una tarde de fotos y de rescatar esa parte de mi preocupada por el instante, quería captarlo todo, robarme todo de la línea temporal para tenerte y tenernos para siempre, fue una tarde de imágenes, auditivas, textuales, visuales y de luz.

Mis instantes favoritos fueron verme contigo, descubrir que puedo compartirme, observar que hay una parte de mi que nunca se rinde y no deja que la mires por mas que me vaya a escondidas al baño a hablar seriamente con ella acerca de que no hay peligro, descubrir que te observo con atención y eres otro y el mismo y hasta creer que somos uno y muchos y que estamos tratando y en eso estamos y tu pareces saber mas que yo y yo solo intuyo, creo, me imagino, me muevo como a ciegas al lado de ti como al lado de muchos y piso terrenos encantadoramente pantanosos que me hacen desear que no se termine el café para guardarnos a nosotros en ese contexto, en esos colores madera que son cálidos, que son bellos, que nos mantienen hablando sin disputa ni pugna, al lado de pinturas abstractas como yo, de meseras de película europea y de espejos tétricos, clásicos y mímales a la vez, entre tu lenguaje corporal que dice ya quiero irme al que respondo como si escuchara claro el sonido de tu voz y a al lado tu voz misma que me habla de ti y que escucho con los ojos abiertos, con los oídos atentos y con el ser palpitante.