2007/11/25

Eros, una vez...




En el onírico ambiente video, se desataron una
serie de relatos visuales, al diablo la profundidad del texto, que tal
permanecer azorada por el drama de la visión y vivir ese presente de estímulos,
que importa la historia se ahí estas tu, un poema visual…


Pues si; llegué corriendo al cine y compré mi boleto, 30 pesos mexicanos, precio de miércoles, entré y me senté a un lugar de un caballero alto que parecía ir solo, no, no pensaba ligármelo, tengo buen ojo, conozco mis motivos ocultos y ya saben, este es el tipo de película donde jamás ligaría.

La película empezó y he ahí las primeras escenas de Ana Serradilla, ella con su mirada, ella con su voz, ella con su cuerpo, luego los malditos cortes del típico montaje audiovisual que rechaza tanto la linealidad que olvida que no siempre se encontrará un público experto, pero de nuevo la paz, cuando aparece ella que todo lo ilumina. En si una película resuelta en el no lugar, que cuanta un único secreto, algo así como… el perdón lo hará libres.

Con respecto a mis expectativas, no esta lleno exactamente de desnudos de mujeres hermosas, y la iluminación de los desnudos son tibias, ni obscenas ni hermosas, peor no son malas, no se como decirlo, tal vez era que la bella Ana Serradilla lo opacaba todo, al menos a mis ojos. Aquello de que este hombre buscaba a María la originaria fue relativo, buscaba pero es como todo, parece siempre que buscas a los demás pero en realidad muy en el fondo, todo se conforma cual casa de los espejos para que un día te atrevas a mirarte. Por lo demás una estética del presente, completamente estética video artística, una narrativa nada lineal, el uso de la pantalla dividida, la cámara en mano, con ese toque onírico traído directamente del video arte, a una traducción digerible (relativamente) y aceptable.

Al final estoy de acuerdo en algo, es una película que no me habría gustado ver acompañada, porque en mi caso, en realidad iba a ver mujeres.

Para información menos proyectiva pueden consultar http://www.erosunavezmaria.com.mx/home.html




2007/11/21

El inconsciente, la chica y el aura

Ella vive conmigo en mi inconsciente…. Dice una rola de Arjona, que no me avergüenza citar por ahora, porque ¡es cierto¡ ella vive ahí. Al menos yo tengo mi ideal, mi sueño óptimo de la mujer perfecta, y vive en mi inconsciente, duerme a mi lado, esta haciéndome un guiño cuando volteo a ver unas nalgas sin poder evitarlo, este quien esté frente a mi, cuando hojeo la revista H en el sanborns, o cuando miro a esa chica bailar en una fiesta y me pierdo en el universo paralelo de unas curvas perfectas, y con perfecto no me refiero a una operación impecable, ya saben, hay algo mas, podría decirse el aura, como alude Benjamín, de algún modo se trata de esa experiencia estética de presenciar la vitalidad de una totalidad sublime, donde no solo miramos las partes, mas bien, nos estremecemos ante el todo.

Hoy, iré a ver Eros, una vez maría, y no creerán por que iré a verla; resulta que en la radio dijeron que es una película que no debes ir a ver con tu pareja, porque esta repleta de mujeres y mujeres desnudas, que representan a la tal María, la originaria, la portadora del erotismo que este buen hombre (el protagonista) perdió, y que luego busca siempre, por todas partes en ese sin número de mujeres desnudas que yo iré a ver.

Me pregunto si yo busco a mi mujer perdida, me mantengo a la constante caza del aura o sucumbo ante la chica del inconsciente, me pregunto si las tres formas son las caras de la misma búsqueda, del mismo anhelo que se derrite en mi cuerpo, mi mente y mi espíritu, la secuela de aquel vació originario, de la mujer primera que llevo siempre conmigo y que por tantos años no he querido mirar.