2006/12/04

Pornografía

Ayer leía el blogg de Ale mientras un grupo de aficionados al equipo perdedor pedían a Dios que compensara lo que sus jugadores no entrenaron, o lo que su estrategia no lograba o sepa Dios que cosa.

Entonces, encontré una opinión sobre la exposición de Israel, “Objeciones”; ya saben “arte digital” y esas cosas y me di cuenta tal como comente en el blogg, que todo el mundo hace revuelo cuando cualquiera comenta que no sabe ver el arte; tal vez es un tema polémico como “yo no entiendo a las mujeres”, “yo no entiendo a los hombres”, “no me interesa la política”, son esos temas en que la estructura lineal y controladora de muchos no evita el “deberías”.

En mi opinión el arte es como la pornografía; citando al guionista de 8mm en la frase: no se puede des-ver, o lo que es lo mismo, si ya lo viste, te chingaste. Lo cual implica que si conjuntas una cadena de visiones imborrables de arte de repente logres o no entenderlo, llegas a entenderte a ti, es cuestión de instinto, ya saben la famosa cadenita, de la imagen (el arte, la representación y sus derivados como el ritual y demás cosillas) se hizo para explicar el mundo, el texto se hizo para explicar esas imágenes que explican al mundo, y así una y otra vez hasta el cansancio hasta que estamos tan lejos, que terminamos en un mundo de alteridad donde las redes que unen a todo el mundo apenas sirven para explicarme a mi. Lo cual nos lleva a una costumbre sorprenderte por encontrarnos a nosotros mismos en todos lados, y por perdernos también pro ahí.

Y todo esto venía a las facultades o no que se puedan tener para ver el arte, hay algunas cosas ciertas, el ojo se educa y la percepción se abre, así como la conciencia pienso yo, si el arte en la región de sus cuestiones técnicas es como el ejercicio y surge su perfeccionamiento a partir de repetirlo una y otra vez sin descanso, hasta que los músculos de las sensibilidad artística detentan esa “punta de lanza de la sociedad” y representan los pormenores de ese mundo que viene, para que no nos deje mudos cuando lo tengamos enfrente, pienso que la cuestión puramente técnica del proceso contemplativo se puede tratar de lo mismo, solo es cuestión de ejercitarce, nada esta de mas, todo el ser se abre y como el arte no se puede des-ver es mejor que el ejercicio, porque si dejas de hacerlo el músculo no se convierte en grasa.

Y en estos temas y en esta cadena de significaciones interminables, me acuerdo continuamente de ese diseñador descarriado que le valían madres la instituciones y aceptaba haber entendido el negocio muchos años depuse de haber salido del horizonte académico, cuando se dio cuento que se realizan uno y mil absurdos para encontrar la madeja de lo creativo, entre fumar marihuana, leer un libro de cabeza, meditar, escuchar música, y demás rollos, y que en el ámbito de lo creativo cada uno de esos intentos son todo menos absurdos. Ese diseñador es la neta, porque entendió que lo mas complicado de ese ejercicio es cuando algo en tu conciencia se abre, y todas tus percepciones cambian y hay mas bien que echarle duro al ejercicio creativo de ir abriendo tu espíritu que al proceso técnico de la obra perfecta, es ahí cuando solo pocos pasan la línea, es al igual que ne e deporte cuando te das cuenta que solo llegan los de la pasión cuando se toman de la mano con la disciplina, nada va solo.

Así que el último nivel de la contemplación artística, se trata del puente, de cruzar el umbral del ejercicio de ver, para llegar al ejercicio de sentir y en esa búsqueda, se vale lo mas absurdo.